Coordinadoras del Programa Gema Castro y Diana Hidalgo
- Contadnos desde dónde surge este programa:
Se trata de un programa de Apoyo Psicoterapéutico Solidario que hemos denominado “Desde AAPIPNA, Apoyamos la Ca(u)sa”.
Se trata de una propuesta que surge en la Asociación Aragonesa para la Investigación Psíquica del Niño y del Adolescente (AAPIPNA).
AAPIPNA es una asociación aragonesa sin ánimo de lucro orientada a la atención en salud mental infanto-juvenil y a la promoción de una visión de escucha del sufrimiento en la infancia de la que formamos parte. En AAPIPNA también contamos con una Escuela de formación de psicoterapeutas, seminarios de formación continuada para profesionales, así como una amplia oferta de programas y proyectos dirigidos a las familias y la comunidad. Entre ellos destacan el Programa de Apoyo a la Salud Mental Infanto-Juvenil en Aragón (PASMIJEA), el programa AcompañAndo , el proyecto de Escuela de padres etcétera…
Al principio de la situación en la que nos hallamos todos, varios profesionales comenzamos a pensar que la salud mental también se ve afectada por estas circunstancias de crisis sanitaria y pandemia, y de ahí surgió esta idea. Idea que seguimos y seguiremos elaborando.
Es más, somos muy conscientes de lo importantísimo que es la prevención y por ello fuimos construyendo un primer esquema de intervención que pusimos en práctica ya en la primera semana de confinamiento.
- ¿En qué consiste el proyecto?
La idea es dar apoyo psicoterapéutico a todas aquellas personas que estén sufriendo en estos momentos por cualquier circunstancia ligada al “Efecto(s) Covid-19”, que presenten un malestar emocional por esta situación complicada que estamos viviendo. Pueden contactar con nosotros y recibir ayuda psicológica gratuita mientras continúe esta situación de excepcionalidad. Somos un grupo de profesionales sanitarios y formados en psicoterapia que trabajamos en el ámbito privado. Las sesiones se realizan de manera online o telefónica, a través del medio que le sea más cómodo a la persona.
- ¿Qué tipo de casos os estáis encontrando?
Recibimos casos muy variados: personas que se encuentran solas y se les está haciendo difícil el aislamiento, otras se ven afectadas por la pérdida de trabajo o cómo organizarlo en formato “teletrabajo”, niños y niñas que se encuentran angustiados con la situación, padres que se encuentran desbordados por el cuidado de hijos, adolescentes sobrepasados por la convivencia familiar, personas a las que se les despiertan sus temores hipocondríacos… Realmente es una situación compleja y nueva para todos, que dependiendo de los recursos personales y ambientales de cada uno, puede provocar cierto malestar y sufrimiento.
- ¿Qué reacciones está teniendo las personas que contactan, qué les está pareciendo el proyecto?
Lo primero que nos encontramos ya en el primer contacto telefónico/email es mucho agradecimiento por la iniciativa. Hay que tener en cuenta que, dar el paso para solicitar ayuda en salud mental suele costar un poco. La persona que da el paso es porque realmente presenta un malestar y lo necesita en estos momentos. Así que suele expresar alivio y agradecimiento porque alguien le pueda escuchar y sostener emocionalmente. Además se facilita una cita de manera rápida, entendiendo que la demanda de ayuda puede ser urgente.
- Está claro que se trata de una coyuntura inédita ¿Cómo estáis viviendo esta situación?
Efectivamente, todos estamos envueltos por esta situación nueva y, aunque los profesionales de la salud mental contamos con formación específica para intervención en crisis y tenemos conocimientos al respecto, la realidad es que son unas circunstancias sin precedentes para nosotros también. Por eso es importante el apoyo entre colegas y compartir las experiencias que vamos teniendo, que pueden ser parecidas para todos. También cuidar nuestra salud mental. Para ello en AAPIPNA continuamos, aún más en estas circunstancias, realizando encuentros clínicos, cursos, reuniones… para a través de los espacios grupales de pensamiento sostenernos entre nosotros e ir profundizando en nuestro qué hacer. Desde nuestra visión la práctica clínica en salud mental siempre se basa en tres pilares fundamentales que son: formación teórica, trabajo terapéutico personal y supervisión.
- Qué consejos daríais a las personas para que cuiden su salud mental.
Realmente ya están surgiendo de manera natural muchas iniciativas que pueden ayudar a mantener cierto equilibrio psíquico: estar conectado con los seres queridos, hacer ejercicio físico, evitar la sobreinformación, procurar separar (si es posible) ámbito laboral, personal y de ocio… Hay pequeñas cosas que ayudan a “poner orden interno” en esta situación de “desorden externo” y que contribuyen a mantener cierta estabilidad mental.
Poder expresar y elaborar el malestar, los conflictos y los duelos… que se ven intensificados en esta situación, también es una recomendación que consideramos imprescindible. En otras sociedades está mucho más “normalizada” la importancia de tener un espacio de trabajo personal. No tanto aquí, pero nosotr@s pensamos y sabemos, por nuestra experiencia personal y profesional, que es una manera altamente recomendable para cuidar nuestra salud mental.
Ahora bien, las circunstancias particulares de cada persona son diferentes y hay que tener en cuenta los recursos personales previos de cada uno, la salud mental previa de esa persona; también las condiciones actuales de su entorno. No es lo mismo vivir en una casa con jardín que en un piso diminuto sin ventana exterior. Es decir, nuestro modo de trabajo es atender a la singularidad y al caso por caso.
- ¿Qué reacciones podemos tener las personas ante estas circunstancias? Contadnos qué emociones pueden aflorar.
Es normal que aparezcan muchas emociones: tristeza, irritabilidad, enfado, miedos, cambios de humor. Puede que se alteren los patrones de sueño, comida… Es normal que, ante estas circunstancias, se despierten miedos, ansiedades y muchos sentimientos contradictorios. Es una situación inédita para todos. De ahí la importancia de tratar de establecer cierto orden en el día a día en forma de rutinas y realizar actividades que sean gratificantes y que ayuden a combatir el malestar. Expresar, comprender, aceptar, incluso tolerar, todas estas emociones es fundamental.
- ¿Qué reacciones pueden surgir en los más pequeños de la casa?
Los niños también se ven muy afectados por esta situación aunque las reacciones pueden ser diferentes dependiendo de la edad y las condiciones del entorno también. Ellos del mismo modo que los adultos han perdido su rutina y no pueden salir del domicilio cómo lo hacían antes. Probablemente puedan estar más inquietos, enfadados o frustrados, les cueste concentrarse, demanden más atención, lloren más, vuelvan a tener comportamientos propios de edades previas… Sabemos que los niños manifiestan el malestar de manera diferente a los adultos, por eso es importante tomar sus quejas o comportamientos como un indicador de malestar y sufrimiento. Al igual que los adultos, también es importante que puedan seguir en contacto con sus amigos y seres queridos.
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